quinta-feira, 31 de agosto de 2017

16ª LLAVE

16ª LIBRO DEL PROFESTA DANIEL, capítulo 9: “…yo, Daniel, entendí por los libros el número de los años de que habló Jehová al profeta Jeremías, en los que habían de concluir las desolaciones de Jerusalén: a setenta años. Y volví mi rostro a DIOS, el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, y cilicio y ceniza. Y oré a Jehová mi DIOS, e a hice confesión y dije: Ah Señor, DIOS grande, digno de ser temido, que guarda el convenio y la misericordia con los que le aman y guardan sus mandamientos; hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos actuado inicuamente, y hemos sido rebeldes y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus juicios. No hemos obedecido a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, a nuestros príncipes, y a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra. Tuya es, oh Señor, la justicia, y nuestra la vergüenza de rostro, como en el día de hoy; (abro este paréntesis para recordar la profecía del capítulo 2 del Libro de los Salmos: “¿POR qué se amotinan las naciones, y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantan los reyes de la tierra, y los gobernantes traman unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras y echemos de nosotros sus cuerdas. El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos. Entonces hablará a ellos en su ira, y los turbará con su furor. Pero yo he puesto mi rey sobre Sión, mi santo monte. Yo publicaré el decreto: Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te he engendrado hoy. Pídeme, y te daré por heredad las naciones, y por posesión tuya los confines de la tierra. Los a quebrantarás con vara de hierro;…” – una profecía para final de este ciclo); y de todo hombre de Judá, y de los moradores de Jerusalén y de todo Israel, tanto de los de cerca como de los de lejos, en todas las tierras adonde los has echado a causa de su rebelión con que se rebelaron contra ti. Oh Jehová, nuestra es la vergüenza de rostro, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres, porque contra ti pecamos. De Jehová nuestro DIOS es el tener misericordia y el a perdonar, aunque contra él nos hemosrebelado; y no obedecimos la voz de Jehová nuestro DIOS, para a andar en sus leyes, las cuales puso él delante de nosotros por medio de sus siervos los profetas. Y todo Israel transgredió tu ley, apartándose para no obedecer tu voz; por lo cual han caído sobre nosotros la a maldición y el juramento que están escritos en la ley de Moisés, siervo de DIOS, porque contra DIOS pecamos. Y él ha confirmado su palabra que habló contra nosotros y contra nuestros jueces que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros tan gran a mal; pues nunca fue hecho debajo del cielo nada semejante a lo que se ha hecho contra Jerusalén. Según está escrito en la a ley de Moisés, todo este mal vino sobre nosotros; y no hemos implorado el favor de Jehová nuestro DIOS, para apartarnos de nuestras iniquidades y entender tu verdad. Por tanto, Jehová veló sobre el a mal y lo trajo sobre nosotros; porque justo es Jehová nuestro DIOS en todas sus obras que ha hecho, porque no obedecimos su voz. Ahora pues, oh Señor, DIOS nuestro, que sacaste tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa y te hiciste renombre, cual lo tienes en este día, hemos pecado, hemos actuado inicuamente. Oh Señor, conforme a toda tu a justicia, apártense, te ruego, tu ira y tu furor de sobre tu ciudad, Jerusalén, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados y por las iniquidades de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos los que nos rodean. Ahora pues, oh DIOS nuestro, oye la oración de tu siervo y sus ruegos, y haz que tu rostro a resplandezca sobre tu santuario desolado, por amor del Señor. Inclina, oh DIOS mío, tu oído y oye; abre tus ojos y mira nuestras desolaciones y la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre; Oye, Señor; oh Señor, perdona; presta oído, oh Señor, y hazlo; no tardes, por amor de ti mismo, oh DIOS mío, porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo. Y aún estaba hablando, y orando y
confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi DIOS por el monte santo de mi DIOS.
Y aún estaba hablando en oración cuando a Gabriel, el varón a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mí como a la hora de la ofrenda de la tarde. Y me hizo entender, y habló conmigo y dijo: Daniel, ahora he venido para darte prudencia y entendimiento. Al principio de tus ruegos salió la palabra, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la palabra y entiende la visión. Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar con la transgresión, y poner fin al pecado y a expiar la iniquidad, y para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía y ungir al Santo de los santos. Sabe, pues, y entiende que desde la salida de la palabra para restaurar y reedificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas y sesenta y dos semanas; se volverán a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas, se quitará la vida al a Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra las desolaciones están determinadas. Y por una semana confirmará el a convenio con muchos, y a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda; después, con la muchedumbre de las abominaciones, vendrá la desolación, y esto hasta que venga la consumación y se derrame lo que ya está determinado sobre lo desolado.
LIBRO DEL PROFESTA DANIEL, capítulo 11: “Y se levantarán fuerzas de su parte, y profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio y pondrán la ABOMINACIÓN DESOLADORA”.
LIBRO DEL PROFESTA DANIEL, capítulo 12: “Y EN aquel tiempo se levantará a Miguel, el gran príncipe que está a favor de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que existen las naciones hasta entonces; pero en aquel tiempo será liberado tu pueblo, todos los que se hallen INSCRITOS EN EL LIBRO. Y muchos de los que a duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y desprecio perpetuo. Y los a entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento, y los que lleven a muchos a la rectitud, como las estrellas, por toda la eternidad. PERO TÚ, DANIEL, CIERRA LAS PALABRAS Y SELLA EL LIBRO HASTA EL TIEMPO DEL FIN. Muchos correrán de aquí para allá, y el conocimiento aumentará.
Y yo, Daniel, miré, y he aquí, otros dos que estaban allí, uno a este lado de la orilla del río y el otro al otro lado de la orilla del río. Y dijo uno al VARÓN VESTIDO DE LINO que estaba sobre las aguas del río: ¿Cuándo será el fin de estas maravillas (PROFECÍAS)? Y oí al VARÓN VESTIDO DE LINO, que estaba sobre las aguas del río, quien alzó su mano derecha y su mano izquierda al cielo y a juró por EL QUE VIVE POR LOS SIGLOS que será por UN TIEMPO, DOS TIEMPOS Y LA MITAD DE UN TIEMPO. Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, TODAS ESTAS COSAS SERÁN CUMPLIDAS.
Y yo oí, mas no entendí. Y dije: Oh Señor mío, ¿cuál será el a final de estas cosas? Y dijo: Anda, Daniel, porque estas palabras están CERRADAS Y SELLADAS HASTA EL TIEMPO DEL FIN. Muchos serán purificados, y emblanquecidos y refinados; pero los malvados actuarán con maldad,
y ninguno de los malvados entenderá, pero ENTENDERÁN LOS ENTENDIDOS. Y desde el tiempo en QUE SEA QUITADO EL CONTINUO A SACRIFICIO HASTA LAABOMINACIÓN DESOLADORA, HABRÁ MIL DOSCIENTOS NOVENTA DÍAS. Bienaventurado el que espere y llegue hasta MIL TRESCIENTOS TREINTA Y CINCO DÍAS. Mas tú, sigue hasta el fin, y a reposarás y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días.
EVANGELIO DE JESUS SEGÚN SAN MATEO, cap. 24, vs. 15: “Por tanto, cuando veáis la a abominación desoladora de la cual habló el profeta Daniel, quedaos en el lugar santo (el que lee, entienda)”. Y en el versículo 44 de mismo capítulo: “Por tanto, también vosotros estad preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis”.
EVANGELIO DE JESUS SEGÚN SAN MARCO, 13:14: “Pero cuando veáis la a abominación desoladora de que habló el profeta Daniel, puesta donde no debe estar (el que lee, entienda)” lo que está en el Libro de Profeta Daniel.
I LIBRO DE LOS MACABEUS, 1:57: “En el 15 del mes de Casleo, en el año 145, el rey Antíoco mandó poner el ABOMINABLE ÍDOLO DE LA DESOLACIÓN sobre el altar de DIOS”.
Como vimos, el CRISTO recomendó atención para la profecía de Daniel: “Quien lee, entienda”. Veamos el versículo 27 del capítulo 9 de Daniel: “…Y por una semana confirmará el a convenio con muchos, y a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda; después, con la muchedumbre de las abominaciones, vendrá la desolación, y esto hasta que venga la consumación y se derrame lo que ya está determinado sobre lo desolado”. Dice Newton: “El significado es que la gente de un príncipe que vendrá destruirá el santuario, suprimiendo el culto diario del verdadero DIOS y difundiendo sobre tola la región un ejército de falsos dioses: y, estableciendo su culto y dominio, causará la desolación de los judíos, hasta ser llena a la época de los gentíos. Pues el propio CRISTO nos dice que la ABONINACIÓN DE LA DESOLACIÓN, a la que se refiere Daniel, debería ser establecida en los días del Imperio Romano.”
Toda atención, ahora, para los versículos 11 y 12 del capítulo 12º del Profeta Daniel: “Y desde el tiempo en que sea quitado el continuo a sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. Bienaventurado el que espere y llegue hasta mil trescientos treinta y cinco días”. Elucidación de Araceli: “El “continuo” era el paganismo romano, en su fórmula religiosa imposta por la espada conquistadora y, denominada por JESUS – ABOMINACIÓN DE LA DESOLACIÓN. LA ABOMINACIÓN DESOLARA, que sería establecida en un lugar del “continuo” o paganismo, por los “brazos de hombres poderosos”, según el capítulo 11, vs. 31, es el Papado en su fórmula de religión, que estableció por la espada desoladora, como lo comprueba su propia historia. Cuando hicieron esta sustitución - de la abominación desoladora romana pagana por la abominación desoladora romana papal – nos esclarece el versículo, dictando un período profético de 1290 días, o sea, 1290 años. Para comprender perfectamente lo que la Revelación, más una vez, quiere enseñarnos con relación al “continuo”, recordemos que el Papado sustituyó el “continuo” paganismo romano EN EL TRONO TEMPORAL hasta 1798, cuando la espada de Napoleón Bonaparte lo derribó del liderazgo en el cual “brazos de hombres poderosos” lo habían instalado en el lugar
del “continuo”, Por lo tanto, e indubitablemente, el período de 1290 días, que son proféticamente otros tantos años DE SUPREMACÍA PAPAL, encontró su término en 1798. Así, como la razón enseña, debemos hacer retroceder de 1798 los 1290 años, para tener una fecha exacta, o el año exacto, en que el “continuo” fue quitado como ABONIMNACIÓN DE LA DESOLACIÓN, para dar lugar al Papado, la “abominación desoladora”. Realizando la simple operación, restamos 1290 de 1798, tenemos como resta el año 508, que es la fecha en que quitaron el “continuo” o la sustitución definitiva del paganismo romano ariano (NO TRADUZIDO) por el Papado romano.” En verdad, los factos históricos prueban que el poder temporal del Vaticano comenzó tomar forma en 508. “Con la crisis del paganismo romano con el cristianismo, el advenimiento de Constantino preparó camino para la ascensión papal, lo mismo sucedió con la crisis del paganismo ariano con el papado, el advenimiento de Clodoeo, rey delos francos, preparó el camino para la supremacía temporal del Vaticano en Europa”. Finalmente, “… encontró la profecía de Daniel su pleno cumplimiento. Fue desarraigada la “abominación de la desolación (el paganismo) de todos los elementos del Imperio, para dar lugar a la “abominación desoladora”, el Papado, desde el año de 508 hasta 1798, o sea, por 1.290 años. UNA ABOMINACIÓN FUE CAMBIANDA POR LA OTRA”.
Veamos, ahora, el versículo 12: “Bienaventurado el que espere y llegue hasta MIL TRESCIENTOS TREINTA Y CINCO DÍAS”, esto es, 1.335 años. De 1.290 a 1.335 años hay una distancia de 45 años. Ahora bien, 1.798 más 45 = 1.843. Los protestantes juzgaron que se trataba del año del regreso de JESUS. Y todo el mundo volvió su atención para la propaganda del Movimiento Millerita, en los Estado Unidos de la América del Norte. Entretanto, lo que ocurrió fue la entrada del Paráclito en el mundo, con los fenómenos de las hermanas Fox, a partir de 1843. La fenomenología impresionante interesó después a Allan Kardec, de tal forma que, de sus estudios pacientes y confirmados, resultó en la TERCERA REVELACIÓN. No dejó de ser un REGRESO INDIRECTO DE JESU CRISTO, pues la Ciencia del Cristianismo vino a aclarar todos los textos proféticos, hasta entonces interpretados literalmente (al pie de la letra). Y, como dijo San Pablo, la letra mata. Solamente el Espíritu vivifica el Antiguo Testamento, desde de la “Génesis” de Moisés, como todo el Nuevo Testamente, hasta el Apocalipsis de JESUS según San Juan.
¡Ahora, sí, pude el Paráclito iluminar los textos bíblicos, abriendo los caminos para el regreso del CRISTO DE DIOS! Sabemos, por ejemplo, que las profecías de JESUS se renuevan en ciclos múltiplos, como vimos en las páginas del Apocalipsis actualísimo. Por eso se renueva la ABOMINACIÓN DE LA DESOLACIÓN, así descrita en el capítulo 24º del Evangelio según San Mateo: “Por tanto, cuando veáis la a abominación desoladora de la cual habló el profeta Daniel, quedaos en el lugar santo (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes; y el que esté en la azotea no descienda para sacar algo de su casa; y el que esté en el campo no vuelva atrás a tomar su ropa. Mas, ¡ay de las que estén encintas y de las que estén criando en aquellos días! Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo…”.
Pues esa profecía tuvo su primer cumplimiento en la destrucción de Jerusalén, exactamente en el año 70. Fue una gran tribulación, que se repitió a través de los siglos. Pero la próxima y última des este ciclo será la más grande de todas, como dice el propio CRISTO: “Porque aquellos días serán
de aflicción cual nunca ha habido desde el principio de la creación que DIOS hizo, hasta este tiempo, ni la habrá. Y si el Señor no hubiese acortado aquellos días, ninguna carne se salvaría; pero por causa de los a elegidos que él escogió, acortó aquellos días. Y entonces, si alguno os dijere: He aquí, aquí está el Cristo; o, he aquí, allí está, no le creáis. Porque se levantarán a falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios para engañar, de ser posible, aun a los escogidos. Mas vosotros mirad; os lo he dicho todo de antemano. Pero en a aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá y la luna no dará su resplandor; y las estrellas caerán del cielo, y los poderes que están en los cielos serán sacudidos; y entonces verán al a Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria. Y entonces enviará sus ángeles y reunirá a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.”

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